Burbujas aéreas extraluminales: dime por dónde andas y te diré de quién eres

Resumen

Las perforaciones gastrointestinales causan el 90% de los neumoperitoneos que se visualizan en las pruebas de imagen. Pueden deberse a diferentes causas, constituyendo la mayoría de ellas emergencias que requieren un rápido diagnóstico y tratamiento, muchas veces quirúrgico. Aunque la radiología simple es la primera prueba que suele realizarse ante la sospecha de perforación GI, la TC es la técnica de elección para detectar pequeñas cantidades de aire libre y sobre todo para identificar el sitio y la causa de la perforación. Mediante un breve repaso anatómico y basándonos en casos clínicos queremos recalcar en este póster cómo la cantidad y localización del aire libre extraluminal varía en función del punto de perforación. Y por tanto, cómo el conocimiento de estas diferencias junto con otros datos como son el engrosamiento parietal, la discontinuidad de la pared, la estriación de la grasa adyacente y la presencia y localización de líquido libre, nos ayudará a determinar, en un gran porcentaje de estudios, el punto de perforación, siendo este dato fundamental para la correcta planificación del tratamiento. Así, grandes cantidades de aire en el compartimento supramesocólico, sobre todo entre el hígado y el estómago, deben hacernos pensar en una perforación de estómago o bulbo duodenal, siendo de utilidad signos como el “signo del ligamento falciforme” y el “signo del aire libre periportal”. Si sólo se visualiza gas libre en pelvis, lo más probable es que nos encontremos ante una perforación de colon. Estos y otros signos nos guiarán hacia el punto de perforación.